domingo, 13 de septiembre de 2009

Necedades

Alguien intentó, en cierta ocasión, aquietar el mar a balazos. Resultaron heridos varios pescados, un pingüino, el pecho izquierdo de Pamela Anderson y dos cangrejos de río un tanto confundidos.
Sin prestar atención a todo ésto, las olas continuaron suicidándose en la orilla, inmunes a los disparos.
Una gaviota bajó en picado, confiscando el arma que aún vibraba entre los dedos del tipo en cuestión, quien murió por combustión espontánea minutos más tarde.

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