sábado, 28 de abril de 2012

Llegando al fin del partido

Ahora en serio
tu imagen adelgaza hasta transparentarse
en la lluvia tardía que me devuelve a tierra
confiriendo a tu poder el peso exacto
que tú das, asimismo, a tu palabra
palabra de promesa echada al viento
y convertida en pluma en la corriente.
¡Guerrero de cartón! Mira tu espada
¿No veo madera, acaso, en esa hoja?
Parece que pasó la medianoche
en la que la carroza revierte en calabaza
y los cocheros en ratones. Tú la llamaste
creaste madrugada en pleno mediodía
con esas alas hechas de manual de instrucciones.
¿No ves que tratas
de dar clases de canto al cisne agonizante?
No supiste
cruzar el laberinto que el momento ofrecía
buscabas la salida y olvidaste el tesoro
que en su centro mismo debías encontrar. De todos modos
habían de esfumarse sus intrincadas formas
 llegado el tiempo justo. El truco era perderse
dejar que cada paso te llevara al espacio
en donde las palabras no son más que una sombra
 que no logra alterar el perfil de lo puro. No era aquello
que creíste alcanzar lo que buscabas
ni ese temblor de fuego lo que se te pedía.
El juego acaba pronto
y tú estás en la puerta.

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