sábado, 5 de junio de 2010

unsaid

Y yo me despido, sonriente
y sin decirte (aunque lo veas)
que mi boca pide ansiosa
bailar de nuevo con tus clavículas
o perderse en el grito suave de tu vientre.
Me voy, y callo
pues bien sé que no es posible
bailar con miedo.

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