martes, 3 de septiembre de 2013

el azul

No dejo de tener la sensación de que está vacío, que el tiempo le drenó la inquietud y regó de lluvia su llama. Pero, aún y así, tiene un modo tan hermoso de estar vacío, de no tener nada que contar... Resulta difícil desterrar su presencia, carcasa o no; es como tratar de oponerse a la adopción de un perro y encontrarlo ya en casa, mirarle a los ojos y continuar defendiendo la propia negativa con menos convicción a cada palabra que se dice. Es exactamente eso, el perro que adoptamos sin querer adoptar porque pese a no querer quedarse se quedó.