lunes, 14 de septiembre de 2009

Desfiles

Suenan los tambores, las trompetas y la marimba. Los demonios ocupan sus sitios correspondientes, engalanados para desfilar con el mejor de sus estilos,adornados de sueños translúcidos y cadenas de memoria -cada eslabón es un recuerdo que amarra al demonio en cuestión a mis costillas-.

Comienzan a marchar, cabeza en alto, haciendo su mejor esfuerzo por parecer irreductibles. Se inclinan para conseguir que los eslabones de sus cadenas brillen hasta parecer más soles que el sol mismo. Resplandecientes falsedades, alucinaciones holográficas, realidades alternativas, pasados que sólo comparten con el presente el vacío de su ausencia brillante y espejística. La vista se confunde, deslumbrada por tanto oropel. Los ojos se cierran, pero aún se puede ver a los demonios, desfilando en círculos alrededor de una, bailando samba, enseñando las nalgas, riéndose a carcajadas mientras busco la salida, pugnando por dejar atrás el desfile y recuperar la visión del sol en lo alto.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Encontrarse con uno mismo por la calle, y no reconocerse. Subir una montaña, y topar con el mar una vez en la cumbre. Mirar entre las propias costillas y encontrar todo lo que existe.

Quizás nada sea como pensamos. Quizás nos venimos equivocando desde el principio, empecinados en no sorprendernos, buscando las maneras de limitar el mundo para explicarlo más rápidamente, cómodamente compartimentado hasta que se nos acaban los cajones y lo absoluto nos desborda, haciéndose evidente nuestra ceguera en nuestro empeño por negar la existencia de todo aquello que nunca fuimos capaces de etiquetar.
Mientras tanto, sin prestar nunca atención a lo evidente, continuamos dejándonos la vida en construir nuevos diques de contención de la realidad, mirando hacia cualquier otro lado cuando los muros se derrumban, haciendo llover ladrillos sobre nuestra cabeza.

Confusiones

Tanto espacio, tanta existencia tan llena de vacío.
¿Qué romper ahora? ¿Dónde están los límites en un mundo deshilachado, translúcido, gran espejismo siempre a punto de desaparecer, o de convertirse en algo completamente distinto y absolutamente lo mismo en todo momento? Exceso de excesos, exceso de nombres y formas, todo se vuelve tan único, tan definible, que desaparece en la oceánica masa de unidades definibles y específicas que forma todo. ¿Cómo, entonces, producir un cambio en el cambio, qué significa una revolución entre otras miles?

Esperemos.
Sólo la paciencia nos dará la inmediatez, permanezcamos tranquilos, observando, en lo que se asienta la arena y el agua recupera su transparencia, dejándonos ver al dragón-dormido y despreocupado, tan ello, tan todo, tan nosotros mismos-. Todo lo que es, es ahora. No permitamos que la bibliotecaria nos confunda, quizá el cambio definitivo radique tan sólo en una cucharada de sopa, un minuto mal marcado o el vuelo de una pluma. Nunca se sabe.

A tantos...

Sé bien que no podés leerme
que nunca entenderás,
pues no querés, ni te interesa.
Sé que con vos no puedo compartirme.

Sé bien que no tenemos
más opción que platicar
de arte ajeno, y quien lo hace.

No sé, pues, porqué te aguanto
y, saber porqué
hasta te aprecio.

Recuento

Me persiguen los cascabeles
los insectos
los recipientes estampados con golondrinas grises
los trapos de cuadros
los amigos que fallan
los amores perdidos
mi sombra
y mi desconcierto.

Dudas

A veces no entiendo
porqué
estoy donde estoy,
o para qué;
ni porqué quiero
a la gente que quiero,
o para qué
pinto
escribo
hablo
respiro

si sólo existir importa.

Útiles

Sentados frente al viento
aprendimos
a usar
las olas
a modo
de
metrónomo

Momento

Es acerca de otros mares que ahora pinto, otras olas, otra música: algo así como tomar consciencia del disfraz del tiempo, con el cráneo hundido en peluca ajena, aprendiendo con ojos prestados que la realidad empieza donde acaba el vuelo de una mosca, mostrando su vocación de oleaje inquieto.

Vida

El camino
las alas y
las huellas.
Los dolores
la sangre y
la amargura.
La alegría,
los dones y
certezas.

Mapa inmenso, bordado en luz oscura
de alma y sueño, de fuego y sutilezas
y firmes fines, que ya nunca serán.

Afirmaresignación

Me conformo

con despertar junto a algo, cada día
tan lleno de belleza como lo que en tí encuentro.

Con eso me conformo. No es siquiera necesario
que esa belleza
sea la tuya.

Resto arqueológico

Las pestañas, trampolines
de la laguna en tus ojos
de helechos y enredaderas
que se trepan a mis hombros
para enterrarse en mi espalda
(sólo así, sin preguntar)
La nariz, perfecta guía
del camino hacia los labios
en su sonrisa de luna
que arroja invisibles dardos
usándome de diana
(tampoco pidió permiso)
Y ya ahí, sólo eso queda
se fueron ya luna y lago
dejando atrás las raíces
las hojas, hoyos y dardos
y los deseos invadidos
(restó un anhelo verde)

Ya que no estás, te imagino.

--

Ése segundo de más, en el que uno normalmente apartaría la mirada a un lado pero por algún motivo no se ve capaz de hacerlo; ese mantener la vista fija en los ojos del otro y olvidar -hasta que el vértigo repentino devuelve todo a su ritmo habitual - es una de las más claras muestras de que el tiempo ni existe, ni importa.

espejismos

Memorizó libros enteros, creyéndose sabio por ello. Para todo tenía una cita, a la mínima de cambio se le llenaba la boca de frases de célebres pensadores, en cualquier momento y situación. Murió sin darse cuenta de que su vida no había sido más que un cúmulo de papeles polvorientos sembrados de firmas ajenas.

Reflexiones

La gente tiende, muy en exceso, a confundir abandono con aburrimiento; así pues, en numerosos casos, la más efectiva cura para la soledad lacerante consiste en buscar algo que hacer.

Alerta

Tan pronto sus miedos subieron al barco, entre gritos mudos y tensiones vibrantes de rojo, las ratas abandonaron la nave, huyendo despavoridas.

A lo que nadie atiende

Mientras tanto, las huellas siguen escondidas bajo la arena, haciendo creer a todo el mundo que el agua las hizo desaparecer.

Galleta de idea

Ni los mares ni los príncipes de cuento son, en realidad, azules; tan sólo se limitan a reflejar el cielo, confundiéndonos

Necedades

Alguien intentó, en cierta ocasión, aquietar el mar a balazos. Resultaron heridos varios pescados, un pingüino, el pecho izquierdo de Pamela Anderson y dos cangrejos de río un tanto confundidos.
Sin prestar atención a todo ésto, las olas continuaron suicidándose en la orilla, inmunes a los disparos.
Una gaviota bajó en picado, confiscando el arma que aún vibraba entre los dedos del tipo en cuestión, quien murió por combustión espontánea minutos más tarde.