jueves, 18 de septiembre de 2008

Una noche como otras.Como tantas.
Como muchas de ellas
tan distintas entre sí, y tan iguales
Un jugo de naranja, o algo así

papas con curry y culpa

Preguntas suspendidas de los acordes que
bajan
en
escalera
desde las esquinas

Una estrella fugaz entre las luces rojas
cargada de sonrisa y nombres olvidados

(algo vanidosa, como cualquier estrella)

pasó
prendió

se fue

Nadie tuvo la delicadeza de parar el tiempo.Nadie.
Continuaron las preguntas y las luces sus caminos
Y las cabezas rubias repletas de cerveza
y los engranajes del reloj.Yo me retiré
volando,
antojada de estrellas.

Péndulo

Alcánzame la soga que allí cuelga
atada a las pestañas de la vida
como ancla del recuerdo que se niega
a dejarse caer en olvido suicida

Y en cuanto des reposo al cordel en mis manos
me lo amarraré al pelo como horca del alma
para volar así bajo el cielo empedrado
que brillante espera a verme florecer

Quizá pierda los ojos
para ganar la vista